las fronteras de Roma, y había naciones bajo su férula cuya historia databa de mucho antes de su fundación. El centro del imperio era Roma, donde todo el poder estaba en manos del emperador. Cuando nació Jesús, Roma ya tenía unos 750 años. Fundada como una pequeña aldea a orillas del río Tíber en Italia occidental, creció hasta hacerse un pueblo, luego una ciudad, y por fin un estado. A través de guerras y tratados con los estados vecinos siguió el proceso de expansión. En 265 A.C.,
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